1 de agosto de 2009

Mohair

"...Alimentar y abrigar. Los dos verbos que conjuga instintivamente la madre. Abre el arcón donde conserva la lana, la que cada año guarda luego de trasquilar a sus propias ovejas, una lana sin color, un poco dura. El invierno castiga, dice. Más tarde agrega: un abrigo para la niña. Toma unos enormes palillos de madera y comienza su tarea. El ruido que hacen los palillos al entrechocar la madera amodorra a la mujer. Si le preguntan cuál es la música de la placenta, la vibración del útero materno, respondería: el sonido de los palillos. Y le acometen unas enormes ganas de entregarse, también a ella, a la tarea de tejer..."

"La llorona", Marcela Serrano

2 comentarios:

Lía dijo...

Precioso fragmento...

Anónimo dijo...

Pues si,como siempre las madres siempre estan ahí. Me he acordado de mi madre al leerlo, y la verdad he llorado. Se echa mucho de menos a una madre (Activa). Besos.La de siempre.