arropada por la brisa arbórea que exhala el bosque a mi espalda
Pájaros y ardillas nerviosas, hierba mojada
Silencio en el jardín
Adoro a las tías,
no se me van del pensamiento,
ni de los ojos
Terminaré conociéndolas de memoria,
cada una por su nombre y el largo de su pelo,
por la luz de su cara,
tan bellas y adorables en sus desvaríos.
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