3 de abril de 2009

Femenino singular

Imagínate que el primer día de tu primera menstruación tu madre te hubiera regalado un ramo de flores, te hubiera llevado a comer fuera y después las dos hubierais ido a la joyería, donde os esperaba tu padre, te hubieran hecho agujeros en las orejas y él te hubiera regalado tu primer par de pendientes, y luego hubieras ido con algunas de tus amigas y también con amigas de tu madre a pintarte por primera vez los labios; y después, por primera vez, hubieras asistido a la asamblea de las Mujeres a aprender la sabiduría femenina.
¡Qué diferente habría sido tu vida!
Judith Duerk, Circle of Stones

2 comentarios:

Gisela dijo...

Si, la vida de muchas mujeres seria diferente sin duda... Buen consejo para aplicarlo si tengo a una niña. Gracias :)

Rose dijo...

¡Hola!
A menudo pienso en como será mi relación con mi hija según se vaya haciendo mujer (sólo tiene diez meses). Y tú has descrito una maravillosa manera celebrar ese gran paso. Tengo que decirle a Ro. que, si algún día nuestra hija decide ponerse pendientes, me gustaría que él le relagase su primer par.
Un post precioso...