De vez en cuando se esfuma a su espacio celestial en busca de respuestas a su repentina tristeza.
Quizás ahora se esconde tras esa nube, temeroso, antes de regresar a casa.
Ni siquiera su etérea naturaleza le libra de sentimientos humanos.
Contagiado de otoño y melancolía se queja de sus alas, frágiles, delicadas, sensibles.
Este ángel debe mudarse una temporada, hasta que recupere su sonrisa y el brillo en sus ojos traviesos.
Preparada para la despedida le abrazo levemente y le animo a marchar.
Ya le echo de menos.
1 comentario:
Y que le pasa a tu ángel? espero que haya vuelto, y que no se pierda.
EVA
Publicar un comentario