Las nuevas agujas circulares, nuevas en todos los sentidos para mí, y la lana están por fin en casa.
La verdad es que el cartero llegó antes de lo esperado, supongo que mi canción logró el efecto llamada, y después de contemplar embelesada durante un buen rato el contenido del paquete, me detuve en admirar la combinación de colores de las agujas, su madera pulida, la perfección de sus puntas. Con la lana el tiempo se me escapó volando, sin darme cuenta, absolutamente prendada de su brillo suave y sedoso. Por algo esta mezcla de seda y lana resulta tan atractiva, tan irresistible a la admiración y el deleite de quien teje.
Ahora comienzo los preparativos para el tejido de mi primera chaqueta, casi como una ceremonia, un ritual que invita a la armonía de manos y agujas. Un binomio perfecto.
1 comentario:
Muy bonito...cuando yo empecé a tejer me dí cuenta de que el sentido del tacto lo tenía abandonado desde hacía demasiado tiempo. Redescubrí el gusto por distintas texturas y colores e incluso era capaz de quedarme embobada con mis propias manos mientras tejía ;)
Ya me hubiera gustado a mi que mi primera experiencia con las circulares hubiera sido con unas tan bonitas y agradables de manejar como las tuyas.
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