"...Alimentar y abrigar. Los dos verbos que conjuga instintivamente la madre. Abre el arcón donde conserva la lana, la que cada año guarda luego de trasquilar a sus propias ovejas, una lana sin color, un poco dura. El invierno castiga, dice. Más tarde agrega: un abrigo para la niña. Toma unos enormes palillos de madera y comienza su tarea. El ruido que hacen los palillos al entrechocar la madera amodorra a la mujer. Si le preguntan cuál es la música de la placenta, la vibración del útero materno, respondería: el sonido de los palillos. Y le acometen unas enormes ganas de entregarse, también a ella, a la tarea de tejer..."
"La llorona", Marcela Serrano
2 comentarios:
Precioso fragmento...
Pues si,como siempre las madres siempre estan ahí. Me he acordado de mi madre al leerlo, y la verdad he llorado. Se echa mucho de menos a una madre (Activa). Besos.La de siempre.
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