La gente del lugar contaba historias espeluznantes a sus hijos sobre aquel temible bosque. Cuando la oscuridad se apoderaba durante meses de cielo y tierra, y el calor de la chimenea entibiaba apenas manos y ateridos pies.
Los más pequeños se refugiaban temblorosos bajo sus gruesos gorros de lana al conocer los infinitos peligros y seres fantasmagóricos que aquel bello paraje escondía.
Mientras, los niños que ya iban a la escuela se debatían entre el miedo y el deseo de aventuras, imaginándose en el corazón de aquel bosque encantado, enfrentándose valerosos a figuras malévolas, brujas horrorosas y duendes sin alma.
Uno de ellos decidió poner fin a tan terribles historias. Osado y curioso se puso en camino...
No hay comentarios:
Publicar un comentario